lunes, 25 de octubre de 2004

Lluvia

A las cinco de la tarde salgo de la biblioteca popular del barrio con un libro de Habermas en la mano que trata de Nietzsche. Lo meto dentro de la chaqueta para que no se moje porque empiezan a caer las primeras gotas, pero a medio camino la lluvia es tan fuerte que tengo que entrar en el primer bar que encuentro, una de esas tabernas que se montan en pocos metros de pasillo que sólo dejan espacio para una barra y unas sillas altas.

—Deme una cerveza por favor.

Mientras bebo leo el siguiente capítulo de Nietzsche que tenía pensado leer al llegar a casa. Un borracho grita consignas indescifrables sobre el futbol, o tal vez la política.

Nietzsche dice que nuestras supuestas verdades no lo son tanto. Nuestro instinto nos lleva a crear metáforas que damos por ciertas después de intercambiarlas. Nos creemos los símbolos que creamos para saciar nuestras necesidades elementales.

Mientras lo leo me acuerdo del curso de crítica de cine donde la metáfora de uso corriente era la del cine español al que nadie iba porque los borregos españoles tienen el cerebro lavado por las multinacionales estadounidenses.

Sólo por el olvido del primitivo mundo de metáforas... sólo olvidándose el hombre de sí mismo como sujeto, y precisamente como sujeto que crea artificialmente, vive en tranqulidad, seguridad y coherencia.
Nietzsche.


Mientras pienso, el borracho me trae a la realidad con su discurso. El camarero le grita que se vaya, que no quiere verlo. Pero no es un camarero perverso. En el fondo es el único ser humano que está dando al borracho lo que necesita, el papable reconocimiento de que existe, de que alguien sabe que está hablando. Hasta cierto punto el camarero se ha metido en mi libro y se me ha vuelto nietzscheano, porque es un camarero que no discute sobre la verdad o la mentira de las metáforas de su cliente.

Dedicado a Elías y a su post sobre el paraguas que me hizo tanta gracia.

Nota: después de pelearme con "enetation" y códigos cuyos arcanos desconozco he conseguido que los viejos comentarios aparezcan. Pero estoy seguro de que no sabría hacerlo una segunda vez.

Friedrich Nietzsche. Sobre la verdad y la mentira en sentido extramoral.
Jurgen Habermas. Sobre Nietzsche y otros ensayos.

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